28, Apr, 2015 en Odontología

Todos nos cepillamos los dientes, y la gran mayoría de la población entiende que mantener una correcta higiene bucodental es fundamental para prevenir futuras enfermedades en nuestros dientes y encías. Para ello hay que lavarse los dientes al menos dos veces al día, pero no siempre lo hacemos bien. A continuación os vamos a comentar los errores más frecuentes que se comenten al lavarnos los dientes.

El primero y fundamental es que no le dedicamos el tiempo suficiente. Mientras que un buen cepillado debe durar de dos a tres minutos, la mayoría de la población no emplea más de 40 segundos a esta tarea. Un truco para hacerlo correctamente es utilizar un reloj o bien ponernos una canción durante el proceso de higiene, de esta manera será mucho más fácil controlar el tiempo.

Empleamos una fuerza excesiva, lo que provoca un desgaste más acusado tanto del cepillo como de nuestro esmalte, que tiende a desgastarse más rápidamente, y de nuestras encías, que en la mayoría de los casos acaban sangrando. Desde Isidro y Márquez recomendamos que uséis el cepillo eléctrico o cepillos manuales de mango largo, con los que llegaremos a todos los huecos sin la necesidad de ejercer mucha presión.

La lengua, esa gran olvidada. Un cepillado no es completo si no cepillamos la lengua, sobretodo la parte trasera, donde se acumulan gran parte de las bacterias que anidan en nuestra boca y que posteriormente se pasan a nuestros dientes y encías.

No utilizamos una pasta de dientes adecuada a nuestra boca. Normalmente en casa tenemos una única pasta de dientes para toda la familia y no todas las bocas son iguales. Recomendamos que cada uno tenga un dentífrico que se adecúe a las circunstancias de su boca. Los hay con flúor, blanqueantes, para encías sensibles… un sinfín de tipologías  que sin duda te ayudarán a mantener la salud de tu dentadura.

Nos olvidamos del hilo dental. Es básico para una correcta higiene eliminar los restos de comida que se depositan entre los dientes y para ello no hay nada mejor que la utilización del hilo o los cepillos interdentales. De esta manera evitaremos la acumulación de bacterias y, por tanto, la aparición de caries e infecciones.

No usamos colutorio. El enjuagado es la última parte del proceso de higiene dental ya que nos ayuda a eliminar los restos de comida que se quedan en el resto de la boca y la lengua. Pero atención, a la hora de elegirlo recomendamos uno sin alcohol, que no provoque tinciones en los dientes, o con flúor, que nos ayude a fortalecer el esmalte y prevenir las caries.