Málaga Fashion Weekend SEPES 2014
19, Oct, 2014 en Odontología
Este fin de semana hemos asistido los doctores Sara Márquez y Jesús Isidro, al congreso anual de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica celebrado en la encantadora ciudad de Málaga. Un congreso con una gran organización por parte del Doctor Eduardo Crooke y de toda la organización, que han planteado un congreso alegre, cómodo y muy productivo .
Recuerdo el primer congreso de SEPES al que asistí, hace 12 años, en el que primaba la “evidencia científica”, (lo pongo entre comillas porque en prótesis es muy difícil hacer un artículo que supere la clasificación de “casos y controles”, primando los estudios “in vitro”, que son la base de la evidencia y su escalón más bajo y existiendo una sorprendente ausencia de “metaanálisis”). A la par que estas exhaustivas revisiones científicas defendían una bde lo más tradicional (y por tanto costosa y poco conservadora con la estructura dentaria), eran de una comunicación ardua y pesada (vamos un aburrimiento soberano basado en la evidencia).
De esta situación pasamos en poco tiempo a que junto con esta evidencia científica clásica, aparecieron figuras como Magne, que mostraban cosas que no pensábamos que podían funcionar (yo oí cómo se le llamaba mentiroso por parte del auditorio), sin embargo, la exposición de las teorías, estudios “in vitro”, revisiones bibliográficas, y la evidencia de la gran cantidad de casos tratados, hicieron que poco después, casi todos nosotros pensáramos que esos tratamientos funcionaban pero sólo en manos de Magne.
Hoy en día todos esos tratamientos mínimamente invasivos y adheridos (efectivamente muy sensibles a la técnica, pero que no sólo puede hacer Magne) se aceptan como los que hay que hacer (ya comienzan los errores, efectivamente se pueden hacer, pero como todo en esta vida hay que saber y no todo el mundo sabe de lo que habla ni qué materiales utiliza), y la prótesis ha pasado a estar guiada, como era natural por la demanda social, por la estética y la planificación. Las presentaciones y conferenciantes han pasado de un sopor insuperable a un show en el que la imagen prima sobre el contenido y no sólo no existe evidencia científica (como dije muy difícil de conseguir), sino que la ausencia de referencias bibliográficas es sorprendente.
Este ambiente se suma a la situación de crisis general, y la particular del sector por la presencia de franquicias y aseguradoras low-cost. Momento en el que ya no sólo los pacientes son fuente de ingresos, sino que nosotros como colectivo somos clientes potenciales de gran cantidad de proveedores. Esta situación y la preocupación, (en algunos casos desesperación), por conseguir pacientes, hace que cualquiera que nos ofrezca una receta mágica sea bienvenido, y aceptamos con entusiasmo todo tipo de propuestas, desde las más razonables hasta las más descabelladas. Propuestas que por otra parte han adoptado grandes cadenas y que van a hacer mejor que nosotros, simplemente porque tienen una infraestructura a la que no podemos llegar.
Es en esta realidad donde la gran intervención de Jon Gurrea cobra su máximo sentido. De nada sirve emocionar, crear expectativas y empatizar con un paciente, si luego no podemos cumplir con nuestro contrato de resultados por falta de formación, habilidad o porque no tenemos un equipo (contando con el técnico de laboratorio), que nos permita cumplir con lo pactado. Todo lo que hemos ganado al principio se vuelve en nuestra contra y nos puede amargar la vida (tenemos el ejemplo de los cirujanos plásticos, a los que algunos pacientes les amargan la vida con denuncias y presiones constantes).
Que lo mejor del congreso fueran (a mi humilde entender, y de las charlas a las que acudí), las intervenciones de Eva Berroeta, Jon Gurrea y Javier Fábrega, no es casualidad. En el norte (concretamente en el País Vasco), por su idiosincrasia, no existen las presiones de las grandes cadenas, y la relación dentista-paciente aún se mantiene de una manera más clásica. Eso permite que los profesionales se dediquen a su trabajo, aprendan, se formen, puedan trabajar con grandes protésicos, y encima puedan cobrar dignamente sin que nadie se lleve las manos a la cabeza, porque se entiende que los grandes profesionales (de cualquier ámbito y profesión) tienen que cobrar bien. Mención aparte merece Fábrega, que con su humor y buen hacer, nos mostró cómo nos movemos en un campo tan poco serio clásicamente, que hablamos de la pseudociencia como si fuera una fuerte evidencia (el habló de oclusión, pero se puede extrapolar a otras áreas de la prótesis).
Lo que es indudable es que los tratamientos han avanzado mucho, cada vez son más predecibles, estéticos y conservadores con la estructura dentaria. Que los implantes son una alternativa, pero que vamos a tener muchos problemas con ellos (ya los estamos teniendo), y que es una profesión que se vive con gran pasión y avidez por superarse día a día (lo hay que agradecer a todos y cada uno de los conferenciantes). Algo que hay que poner en valor, cada uno debe valorar su trabajo, su conocimiento y no fiarse de recetas mágicas, sino incorporarlas a su protocolo en la medida que se pueda. La odontología digital ya está aquí, pero no es fácil (por eso las grandes cadenas todavía no trabajan con ella), hay que tener mucha base de conocimiento y poder saltar de lo digital a lo analógico y viceversa.
Ánimo a toda la profesión, vivimos momentos difíciles, pero cada vez se vive la profesión con más pasión y dedicación.
Dr. Jesus Isidro Fernández
Licenciado en Odontología por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Prótesis Bucofacial con Mención de Excelencia por la misma Universidad. Más información
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