12, May, 2013 en Biosmile

En la Odontología Estética nos encontramos en muchas ocasiones con que lo más bello es lo natural, aquello que el paciente, bien por su edad o porque la naturaleza le ha premiado con una estructura idónea, nos trae de casa sin que sean necesarias modificaciones. Cuando por traumas, restauraciones antiguas u otros problemas, ésta naturaleza se ve alterada, nuestro reto es reproducirla con todas las técnicas y materiales que estén a nuestro alcance. Es cuando nuestra profesión se convierte en un reto, cuando más nos gusta y cuando podemos triunfar o fracasar estrepitosamente. 

 

 

 

 

El conocimiento de la percepción de la luz, el color, la anatomía dental, la estructura de hueso y encía, los materiales restauradores y los límites de los mismos, junto con la elección y consecución de las técnicas adecuadas, hará que nuestras restauraciones consigan lo más difícil en este tipo de pacientes PASAR DESAPERCIBIDAS.

 

 

 

 

El estudio y conocimiento de todos los campos de la odontología se plasman en estos casos, la paciencia y buenas artes del profesional también, pero sin la colaboración y entendimiento por parte del paciente son imposibles de llevar a término. Además de la ortodoncia, la periodoncia, odontología restauradora o la cirugía bucal, el paciente debe comprender en muchas ocasiones que para la obtención de resultados ideales, el tiempo y las intervenciones necesarias, así como el presupuesto, deben tener una importancia relativa. Cada tratamiento lleva su tiempo, cada organismo responde de un modo diferente, y desde luego para según qué tratamientos no se puede ir buscando la oferta. La salud y la estética no se pueden comercializar y lo barato puede salir muy caro.