13, Mar, 2013 en Odontología deportiva

Invertimos horas y horas en entrenamientos; cientos de euros en material deportivo, carreras, federaciones, desplazamientos, ...; quitamos tiempo a nuestra familia y amigos para prepararnos ese reto para el que trabajamos durante meses, ese reto que sólo comprendemos nosotros, porque jamás ganaremos, pero estaremos satisfechos rebasando nuestra marca, terminando nuestra prueba, viendo como nuestros niños sonríen al ver a "superpapá" o "supermamá" realizando una proeza que no entienden muy bien.

Todo este esfuerzo personal por terminar una prueba, mejorar unos minutos o simplemente, no desfayecer en una prueba, se pueden echar a perder por un mal día. Nos cuidamos de no sobreentrenarnos, tener a punto la máquina comiendo adecuadamente, revisamos todo el equipamiento, pero una diarrea, un dolor de muelas, una infección o una febrícula puede amargarnos ese día que tanto hemos esperado. Nuestra maratón, nuestro triatlon o nuestro ultra trail, puede terminarse antes de comenzar.

Cada vez más, los técnicos tienen en cuenta el cuidado de la boca de los deportistas, especialmente de los atletas de élite. Es habitual que problemas orales lleven a periodos de malos resultados deportivos. Anteriormente, esto estaba dictado por la experiencia y no tenía aval científico hasta ahora, en que los estudios de biología molecular han apuntado a los mediadores inflamatorios como origen del descenso de la capacidad física, del rendimiento e incluso en muchas ocasiones puede ser motivo de baja.

Además de las dolencias musculares y articulares causadas por la afectación de las encías o por caries, esta misma patología puede producirse también por una mala oclusión. Se calcula que un 30 % de los dolores musculares de cuello y espalda se deben a se mastica de manera incorrecta, relacionando muy estrechamente la mordida cruzada. Además, la mala oclusión dental está relacionada con defectos en el equilibrio.

Debemos de valorar la mayor índice de caries dentro de este colectivo deportivo, debido al alto consumo de hidratos de carbono y de bebidas azucaradas para rehidratarse, también en nadadores, ya que exponen la cavidad oral al cloro de la piscina durante horas (disminuyendo el pH oral y aumentando el riesgo de caries).

Por otra parte la ausencia de piezas dentales conlleva otras consecuencias a tener en cuenta y es que la digestión comienza en la boca, si a un deportista le falta alguna pieza dental y ésta no se reemplaza, el alimento no se tritura con normalidad lo que provoca alteraciones del aparato digestivo ya que el éstomago no trabaja correctamente, esta sometido a un exceso de trabajo, un mayor gasto de energía con una digestión más lenta.Esto desembocará en mala nutrición y en desventaja en la competición deportiva.

Las afecciones cráneo mandibulares también son frecuentes en quienes se ejercitan a modo profesional y donde la ATM (articulación temporomandibular) sufre y suma microtramatismos del bruxismo, o apretamiento dental, producido por el estrés al que están sometidas estas personas, sobre todo quienes se desempeñan en alto redimiento. En esta misma línea, el bruxismo no sólo afectará a las piezas dentales (desgastes) sino que también provocará dolores a nivel de la musculatura de la cabeza, cuello y espalda.

Invertir un poco de nuestro tiempo y presupuesto destinado a nuestra pasión que es el deporte, en mantener una buena salud oral y hacerse revisiones tanto con el odontólogo como con el fisioterapéuta, puede reportarnos beneficios claros en la práctica del deporte. Y no sólo en el momento actual, sino que dentro de muchos años querremos seguir disfrutando del deporte, y si cuidamos la máquina principal que es nuestro cuerpo, podremos mantenerlo en condiciones muchos años.